El Emprendimiento como Motor de Cambio Social

Daniel Jiménez J.

Ingeniero Comercial Consultor en Negocios y Gestión

En los últimos años, el emprendimiento y la innovación han tomado lugar en las discusiones públicas y privadas. Socialmente, la figura del emprendedor se ha consolidado como un modelo de virtud. Por otra parte, los desafíos globales como la pobreza, el cambio climático y el agotamiento de recursos naturales, exigen soluciones innovadoras. 

Como señala Joseph Schumpeter en su teoría del “Desarrollo Económico”, el emprendimiento es una fuerza disruptiva capaz de generar cambios significativos al desafiar los paradigmas establecidos. En ese sentido, dado que los enfoques empresariales tradicionales han contribuido a los problemas actuales, se hace evidente la necesidad de explorar nuevas formas de hacer negocios.

Aunque el emprendimiento suele asociarse con la generación de riqueza individual, en esta columna exploraremos cómo también puede ser un motor de cambio social, ofreciendo la posibilidad de que las personas ejerzan liderazgo, asuman el control y desarrollen soluciones efectivas y pertinentes. En este contexto, el emprendimiento trasciende su concepción tradicional para convertirse en un impulsor de transformación social.

El emprendimiento y la innovación, en su esencia, no consisten en el desarrollo de tecnología de vanguardia, sino que se trata más bien de abordar y resolver los problemas que enfrenta la sociedad en un momento dado. Como afirma Clayton Christensen en su libro “El dilema de los innovadores”, la clave de la innovación está en identificar las anomalías del entorno y responder con soluciones adaptadas a las necesidades del contexto.


Un ejemplo significativo de anomalía en el contexto de Chile es la alta contaminación del aire. Cerca del 90% de la población chilena vive en áreas urbanas con elevados niveles de contaminación, lo que ha generado serias consecuencias para la salud de sus habitantes.

Las autoridades, en muchos casos, parecen carecer de una comprensión profunda del fenómeno, lo que limita sus acciones a discusiones, intercambio de estadísticas y actividades de divulgación. La falta de iniciativas concretas para abordar este problema indica una brecha significativa en la capacidad de convocatoria de las autoridades para involucrar a aquellos que tienen un entendimiento más profundo del problema.

Es en este punto donde el emprendimiento puede desempeñar un papel crucial. El pensamiento del emprendedor en esta situación sería: “No puedo resolver el problema por mí mismo, pero puedo congregar a quienes sí pueden hacerlo”. En este caso, el emprendedor será capaz de reunir a expertos, activistas, organizaciones y otros actores relevantes para trabajar en conjunto en la búsqueda de soluciones innovadoras y efectivas para abordar la contaminación del aire. Más allá de resolver problemas, el emprendedor se distingue por su habilidad para coordinar y movilizar a aquellos con el conocimiento y los recursos necesarios. Su verdadero talento reside en inspirar y motivar a otros a tomar acción y generar un cambio significativo.

Los problemas en esencia suelen ser resueltos por profesionales y expertos en campos específicos. Cuando alguien se enferma, acude a un médico, o si su automóvil presenta problemas, busca la ayuda de un mecánico. Sin embargo, son los emprendedores quienes tienen la capacidad de transformar y mejorar los sistemas y procesos existentes, desafiando las normas establecidas y generando innovación.

Los profesionales y expertos se sienten satisfechos cuando son recompensados por su trabajo y reconocidos por sus logros dentro de su campo. Sin embargo, su enfoque está centrado en el dominio técnico y en seguir los protocolos establecidos y no en cuestionar los modelos tradicionales, ya que suelen estar limitados por la naturaleza de su formación. Si bien es crucial aprovechar la experiencia y el conocimiento de los expertos, también resulta esencial cultivar una mentalidad emprendedora que cuestione las convenciones y busque formas innovadoras de afrontar los desafíos.

Finalmente, en un mundo en constante cambio, se vuelve crucial que los nuevos líderes empresariales posean la capacidad de identificar oportunidades de mejora y crecimiento, así como la habilidad de inspirar y movilizar a otros hacia la consecución de estos objetivos. Con la combinación adecuada de liderazgo, innovación y emprendimiento, podemos abordar los desafíos actuales y construir un futuro más próspero.

Fuentes:

Christensen, C. M. (2011). El dilema de los innovadores: Cuando las nuevas tecnologías hacen fracasar a grandes empresas. Empresa Activa.

Schumpeter, J. A. (1934). The theory of economic development: An inquiry into profits, capital, credit, interest, and the business cycle. Harvard University Press.

Organización Mundial de la Salud (OMS). (Año). El aire que respiramos: pasado, presente y futuro. Organización Mundial de la Salud.